El software de código abierto va ganando adeptos. Más allá de los usuarios de distribuciones Linux o de las empresas, también va cobrando fuerza en las Administraciones Públicas, con las ventajas y beneficios que eso conlleva para el ciudadano.
Extremadura, la Junta de Andalucía o el Ayuntamiento de Zaragoza son algunos ejemplos de Administraciones que ya disfrutan de las ventajas y los beneficios que supone el uso del software libre.
Además de un ahorro de costes, su implantación mejora la calidad de vida de los ciudadanos, aumenta la eficiencia y la eficacia de las organizaciones, y optimiza los procesos productivos.
“La independencia tecnológica que supone el software libre aporta libertad de uso, permite retocarlo, incorporar mejoras y distribuirlas libremente entre los ciudadanos o empleados sin restricciones. Además de dar mayor seguridad, abre la posibilidad de ofrecer al conjunto de los ciudadanos un software que ha sido financiado con dinero público y que también puede ser útil incluso en el sector privado”, ejemplifica Mario Gómez Molina, tutor y consultor del Máster Universitario en Software Libre de la UOC y project manager de la consultora VASS.
Otra de las principales motivaciones de las Administraciones para migrar al software libre es “la adherencia a estándares universales”, apunta Gómez Molina, que brindará la posibilidad de compartir software para problemáticas comunes entre diferentes Administraciones.
El project manager de VASS también pone de ejemplo a la educación en usos reales que demuestran sus ventajas. “Ya existen iniciativas promovidas desde ciertas comunidades autónomas, donde se ha paquetizado el software libre a utilizar por las escuelas y se ha dado soporte para su uso, de manera que su adopción ha sido masiva y tanto Administraciones como centros educativos se han beneficiado, no solo de una reducción del gasto, sino de la compartición común del mismo software y el intercambio de experiencias basadas en algo común, que de otra manera sería muy difícil de llevar a cabo”.
Esta migración también repercute en el fomento de oportunidades de negocio y emprendimiento. Y es que, cuando una Administración da el paso, la construcción, reparación, adaptación y mejora del software pueden llevarla a cabo empresas locales, no se limita este trabajo al propietario del software. De esta forma, se fomenta la formación de profesionales de este sector, se generan nuevos puestos de trabajo y aumenta la competitividad de las empresas.
La redistribución y uso óptimo de los presupuestos también es un aspecto que afecta positivamente a la sociedad. Se estima que con el software libre las Administraciones Públicas pueden ahorrar hasta un 70% en la instalación y en las licencias de aplicaciones informáticas. Esto supone un mejor aprovechamiento del dinero del contribuyente. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Zaragoza ha estimado un ahorro de cerca de un millón de euros anuales, gracias a la implantación y al uso de software libre.
Al margen de sus ventajas, Gómez Molina recuerda que todavía queda mucho por hacer y que las Administraciones deben fomentar el desarrollo, liberación y uso del software vertical, para que se produzca un salto de calidad y cantidad .
“Tanto la falta de personal formado para manejar esta tecnología, como el desconocimiento por parte de la sociedad y el poder ejercido por las grandes empresas de software de propietario, hacen que sea muy difícil que lleguemos a ver una migración completa de la Administración, pero, sin lugar a dudas, sí veremos cómo se dan pasos cada vez más grandes en esta dirección. De hecho, ya hay muchos nichos dominados por el software libre, tanto en la Administración como en el sector privado. Es el caso de los servidores web, servidores de aplicaciones, sistemas operativos de servidor y los propios entornos de desarrollo y herramientas de programación”, comenta.