Por: César Noragueda
Una propuesta para promocionar mejor el desarrollo de software libre.
Algunos de nosotros nos dedicamos a explicar cuáles son las bondades del software libre frente al privativo, y por qué lo preferimos a este. Nada de lo que decimos, sin embargo, implica que los programas con licencia privada tengan que ser defectuosos, muy al contrario, sino que el desarrollo de tecnología libre favorece más los avances por su propia dinámica accesible y compartida.
Ahora bien, considero que no basta con exponer esta idea y ni siquiera constatarla: la forma en que le sugerimos a alguien no muy al tanto de cómo funciona esta tecnología que utilice un programa de software libre también me parece importante.
Una idea superficial del software libre
Cuando una persona que se defiende a nivel de usuario con las nuevas tecnologías se acerca por primera vez al empleo de programas de código abierto, acostumbrada a manejar software privativo, suele hacerlo pensando en encontrar una alternativa a este, quizá gratuita o más asequible. Es muy probable que ya haya utilizado antes software libre sin ser consciente de ello, pero cuando se interesa a sabiendas por el concepto y busca, su afán habitualmente es sustitutorio: ha usado programas privativos de diseño web, de maquetación editorial, tratamientoMuchos llegan al software libre buscando otras opciones a los programas privativos
digital de imágenes, ilustración o montaje de vídeo, etcétera y ahora necesita otros, tan profesionales como los que se ha aplicado pero que no se salgan de su presupuesto o que le ayuden a ahorrar. Y un amigo le recomienda algunos de software libre: porque este programa es como el patentado pero gratuito o mucho más barato. Y así todo.
Es posible que, bueno, no os parezca que sea una mala forma de empezar con el software libre; quizá, si no fuese por esto, nunca lo llegaría a conocer ni un poco como tal, y mejor así que de ninguna manera. Ciertamente, pero la perspectiva que se le ofrece al público general del software libre, aunque inexacta, es semejante, y creo que hay otra posibilidad que alentaría verdaderamente las adhesiones a esta dinámica tecnológica y su propio desarrollo.
La mejor promoción del software libre
Hay quienes piensan que lo mejor es economizar palabras y esfuerzos en las explicaciones e ir a lo fácil para que hacer entender a la gente de qué trata el software libre; e incluso hay quienes han llegado a afirmar por ello que el motor de esta tecnología es la sustitución, probablemente confundiendo la publicidad imprecisa que circula por ahí con lo que es normal del movimiento, y nada más lejos de la realidad: lógicamente, el software libre, por su propia naturaleza ya descrita y exceptuando algunos ámbitos, suele ir por delante en su desarrollo. Pero esta Sería mejor promover el software libre como un desarrollo tecnológico independiente
circunstancia y mucha de la misma tecnología no privativa son poco conocidas entre los usuarios mayoritarios.
Siendo así, creo sinceramente que lo mejor que podríamos promover entre el público general es el enfoque del software libre madurado en su propio ecosistema, con ideas propias y no con la de reemplazo tecnológico, como el esfuerzo por alcanzar lo mejor posible, lo más innovador, práctico y funcional, sin trabas de acceso, que no sólo cubra necesidades que ya haya cubierto el software privativo sino también y especialmente las que no.
Resulta innegable que algunos se han entretenido en elaborar casi copias libres de conocidísimos programas con licencia privada, y aunque esta fuese la tendencia más extendida —y me parece que basta pasearse por cualquier repositorio de software libre para comprobar que no lo es—, opino que tanto la corriente como la difusión deberían seguir el enfoque independiente que he descrito y que no pocos compañeros defienden. Porque, al final, ayuda a lo que importa: que dispongamos de una tecnología, tenga la licencia que tenga, capaz de satisfacer las expectativas de todos, de adecuarse al gusto de cada persona y de afrontar los retos que se presenten y suplir las demandas sociales que siempre están por venir.