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Las ciudades inteligentes reducirán los atascos de tráfico y las emisiones de carbono
El sistema está compuesto por una red de sensores que se sitúan en puntos elevados -como edificios o farolas- para monitorizar el espacio urbano dedicado a parking, y la información se remite a un centro de control que registra continuamente los datos. Además de señalar si hay zonas libres, estos sensores indican el tamaño y la posición de los vehículos. Asimismo, detectan cualquier obstáculo o coche mal aparcado en los carriles bici, de autobús y en las entradas a los parkings.
El centro de control, una vez recibe la información, calcula la ocupación del espacio y facilita esa información a los conductores a través de una aplicación móvil. El software de la solución de Siemens es capaz de identificar situaciones recurrentes respecto al espacio urbano, para predecir –basándose en datos históricos sobre cada punto concreto- si un área estará libre o no en un momento determinado. Así, es posible saber de antemano si al ir al trabajo, se podrá aparcar junto a la oficina, por ejemplo.
Esta solución de Siemens cuenta con tecnología Intel para la conexión de los sensores. Su plataforma IoT permite que éstos estén siempre conectados al centro de control de manera segura.
El alcance del piloto se ampliará a toda la ciudad este verano.