Por: Javier Varela
Una investigación realizada por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) desvela el perfil de los desarrolladores de software libre
Se trata de varones con estudios universitarios, vinculados profesionalmente a la programación y con una edad media de 34 años
Para muchos es un ‘concepto’ desconocido o ‘fuera de la ley’, pero el software libre no es otra cosa que la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software, que engloban las cuatro libertades de los usuarios del software. Por ello, la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) han colaborado en diversos proyectos de investigación, donde han realizado estudios a partir de encuestas y de minería de grandes repositorios de software libre, con el objetivo de describir el perfil del desarrollador de este software libre.
Los resultados de estas investigaciones se han plasmado en una infografía, que recoge los datos más relevantes sobre el perfil medio de un desarrollador de software libre. La infografía se ha realizado a partir de varios estudios científicos y, según explica Gregorio Robles, profesor de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación de la URJC, «pretende entender un poco mejor quiénes están detrás de los proyectos de software libre, de gran importancia en la actualidad en todos los ámbitos tecnológicos y de Internet con proyectos famosos como Linux, Android o Firefox, pero con muchos otros menos conocidos y no por ello menos importantes». En las investigaciones, los aspectos analizados se han basado principalmente en su procedencia, edad, motivaciones y nivel de estudios de los desarroladores.
La investigación desvela que el software libre es un fenómeno global, siendo los países con mayor presencia de Internet los que presentan mayor número de desarrolladores. Asimismo estos estudios desmienten algunos tópicos, ya que el perfil medio es un trabajador profesional y, aunque principalmente sea del ámbito de las tecnologías de la información, hay un número significativo de desarrolladores con otros perfiles. Además de la divulgación científica, esta iniciativa tiene un componente socio-económico, según expone Jesús M. González Barahona, también profesor de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación de la URJC, ya que «muestra que el software libre sirve de puente entre la universidad y el tejido empresarial, especialmente el local».
Las conclusiones de la investigación desvelan además que las principales razones para inicarse en el desarrollo de software libre son aprender y desarrollar nuevas habilidades (78,9%), compartir conocimientos y habilidades (49,8%) y participar en una nueva manera de cooperación (34,5%). Las dos primeras coinciden con las motivaciones para seguir desarrollando el software, aunque se incorpora una, que no es otra que la de mejorar productos de software libre de otros desarrolladores.
Según el estudio, hombres con estudios universitarios, vinculados profesionalmente a la programación y con una edad media de 34 años son los principales aspectos que comparten la mayoría de desarrolladores de software libre. Pero, como alcara el profesor González Barahona «se trata de un movimiento que no es exclusivo de informáticos o ingenieros de telecomunicación, puesto que hemos encontrado un número significativo de perfiles diferentes a los anteriores, resultando en comunidades muy ricas».
Además, los datos reflejan que el nivel de estudios de los desarrolladores es prioritariamente universitario (81%) y sus motivaciones están relacionadas con el hecho de aprender nuevas habilidades, compartir conocimientos y mejorar productos de software libre ya existentes. Otra cuestión interesante es que la mayoría indica haber recibido algún tipo de remuneración económica a raíz de su participación, ya sea de manera directa o indirecta.
«Aunque el software libre es fundamental en la arquitectura de la sociedad de la información en la que vivimos, el perfil de las personas que desarrollan ese software es relativamente poco conocido. Este estudio pretende conseguir información que ayude a construir una imagen fiable sobre ellas”, finaliza el profesor González Barahona.