Por: César Noragueda
¿Os interesa la política y el software libre? ¿Queréis saber qué se ha legislado y qué proponen los partidos políticos al respecto? Leed con atención.
Que el software libre sea algo beneficioso para la sociedad no parece algo muy discutible, dicho sea sin intransigencia. Ya no es simplemente que con él se fomenta el progreso tecnológico —y, por tanto, humano, que no sólo de Wagner viven la mujer y el hombre— y que con su uso se ahorren recursos económicos, sino que, además, la propia filosofía del software libre entraña una concepción de la cultura y del conocimiento como un derecho de las personas: la libertad de acceso impulsa exponencialmente el desarrollo en todos los ámbitos con el intercambio y la colaboración, y las trabas en este sentido sólo nos retrasan como sociedad.
Legislación española sobre software libre
- La Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos: se busca impulsar la libre reutilización de recursos tecnológicos propios de la Administración mediante el intercambio de aplicaciones en directorio actualizados.
- La Ley 56/2007, de 28 de diciembre, de Medidas de Impulso de la Sociedad de la Información: dispone que el Centro Nacional de Referencia de Aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (CENATIC) ha de ser quien valore y difunda las aplicaciones de fuente abierta de la Administración.
- La Orden EDU/2341/2009, de 27 de agosto, por la que se crea el Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas no Propietarios: se pretende diseñar, desarrollar y promover contenidos educativos digitales con estrategias para que los centros escolares dispongan de recursos elaborados con software libre.
- El Real Decreto 4/2010, de 8 de enero, por el que se regula el Esquema Nacional de Interoperabilidad en el ámbito de la Administración Electrónica: establece que se han de mejorar los sistemas ya implantados antes que desarrollar nuevos, facilitar el código de las aplicaciones en directorios libres para fomentar la colaboración y la eficiencia y que, de nuevo, el CENATIC estimule proyectos de software libre para la reutilización y la interoperabilidad, es decir, que todos los ámbitos del sistema administrativo tengan la libertad utilizar el mismo software compartido si les resulta ventajoso.
Por supuesto, estas tímidas iniciativas legislativas no son muy útiles si no se dota de personal, formación y medios para llevar a cabo lo que plantean. Quizá los partidos políticos que supuestamente han hecho suya la filosofía del software libre y lo han incluido en las propuestas de sus programas electorales cambien la situación en caso de gobernar. Veamos qué partidos son.
Políticos con el software libre
- Partido Socialista: “Para favorecer la renovación metodológica y didáctica en las aulas, promoveremos el uso del software libre y las licencias abiertas en los centros y facilitaremos el acceso a materiales digitales educativos y culturales para avanzar en la sociedad del conocimiento y en el cambio de nuestro modelo productivo”. Sería bonito si fuera verdad. No sería de extrañar que miraseis esta propuesta con escepticismo, pero no olvidéis que los cuatro pequeños impulsos legislativos de los que hemos tratado antes se aprobaron durante un Gobierno de este partido; aunque quizá sea porque las agrupaciones políticas de las que hablaremos a continuación no han tenido oportunidad aún de aprobar Reales Decretos.
- Izquierda Unida: “Implantación de software libre de código abierto en el sistema educativo y organizar desde la Administración Educativa una red de recursos digitales, públicos, gratuitos y compartidos (wikieduca) que sustituya progresivamente los libros de texto por material digital elaborado por la comunidad educativa”. Parece una propuesta más concreta. Ojalá concretaran también el modo de llevarlo a cabo, lo cual, en cualquier caso, suele ser el problema habitual de los programas electorales. Y continúan: “… gestionar de forma pública los derechos de autor, por el software libre y por una política cultural que apoye a los creadores desde la base y difunda las artes entre todos los niveles de la población”. Estas ideas son, como mínimo, osadas tal como está el patio con lo público; y barrunto que encontrarían mucha oposición entre los que cortan el bacalao en la industria cultural; aunque no menos que lo que aventuran otros partidos que ahora veremos.
- Podemos: “Regeneración social a través de la cultura y la sociedad del conocimiento (…). La cultura como eje transversal del cambio. Potenciar el trabajo cultural (…) promoviendo el uso de herramientas de software libre dentro de las instituciones públicas; aumentar los programas destinados a la cooperación internacional; reforzar el carácter público y común de los bienes patrimoniales”. Esto forma parte del programa electoral que el partido del que todo el mundo habla de un tiempo a esta parte presentó en las últimas elecciones andaluzas. Se me antoja más una lista de deseos que una propuesta concreta. Poco desarrollada, en cualquier caso.
- Unión, Progreso y Democracia: “Promover el uso prioritario de software libre en las Administraciones Públicas, especialmente en todos aquellos procesos donde el uso de sistemas bajo copyright suponga un coste al ciudadano en sus tratos con la Administración y el ejercicio de derechos fundamentales”. Aquí encontramos una iniciativa interesante, poniendo el ojo en lo que el uso de software libre puede beneficiar más directamente al ciudadano. ¿Cómo llevarlo a cabo? He aquí la cuestión. Y sigue: “Dominio Público: legitimarlo como espacio para la creación amateur o como opción gratuita de promoción a la creación profesional, priorizando el registro de obras descatalogadas. Potenciará el acceso a los fondos digitales del procomún (como los de RTVE), con empleo prioritario de licencias copyleft y software libre en la eAdmon”. Liberación de contenido; no está mal.
- EQUO: “Las Administraciones Públicas deben ir adoptando soluciones de software libre en sus sistemas informáticos: el ahorro de licencias, el aumento del ciclo de vida de los equipos, la libertad de elección de proveedor, la mayor transparencia del software y facilidad de propagación, además de su posible portabilidad a diferentes idiomas, posicionan el software libre como una opción necesaria para el desarrollo de la nueva Sociedad de la Información y el Conocimiento. Todo el software desarrollado o contratado por la Administración deberá estar disponible para su uso a través de licencias libres«. Ahondan en los detalles de la utilización de software libre por parte de la Administración. Al menos da la impresión de que han pensado en ello mucho más que otros partidos. E insisten: “Las nuevas tecnologías han de llegar a la ciudadanía de una manera generalizada, desde su uso por la Administración para facilitar su gestión y la participación ciudadana dando un papel central al software libre, garantizando la neutralidad de la red y unas tecnologías de cariz sostenible. Ese desarrollo debe producirse en confluencia y coadyuvando a un importante impulso de las industrias creativas en un escenario que regule de manera equilibrada los intereses de creadores, intermediarios y usuarios finales con el bien común en el centro de las prioridades. Por su parte la gestión pública debe promover ese cambio de modelo al tiempo que garantiza el derecho de acceso a la cultura, desde bibliotecas, archivos y museos, la defensa del patrimonio en un sentido amplio y la promoción cultural dentro y fuera como sinónimo de desarrollo social y humano, todo ello desde una gestión profesionalizada”. Buenos deseos que necesitarían tan buenos planes.
- Partido Pirata: “Nos comprometemos a la extensión del uso de Software Libre en las Administraciones Públicas, así como el empleo de estándares abiertos, para que las administraciones garanticen la independencia de las herramientas empleadas, la neutralidad tecnológica y la seguridad y privacidad de toda la información sensible de los ciudadanos que se encuentre a su disposición”. Aquí tenemos un apunte interesante de parte de quienes cabría esperarlo: software libre que garantice la neutralidad (como EQUO) y la privacidad.
- Partido Animalista: “Implantaremos el uso de software libre y estándares abiertos (…). Esta medida supondría un ahorro de millones de euros para los ciudadanos europeos, y reduciría la dependencia de la Administración pública y los ciudadanos con respecto a las empresas informáticas. En las áreas en que no sea posible (…), la Administración debería desarrollar el software necesario. Esta práctica debería llevarse a cabo en el marco de un concurso público, donde la entrega del código fuente por la empresa adjudicataria sea uno de los requisitos. Dicho código fuente será publicado en un servidor de acceso público, con el objetivo de garantizar el acceso a la información”. Donde es posible el software libre, sea; donde no, sea también. Diligencia es lo que hace falta.
- Partido X: “Una política industrial en favor del software libre, las arquitecturas descentralizadas y el cifrado punto a punto, para devolver la tecnología a los ciudadanos. En el sector público, los proyectos financiados con fondos públicos y aquellos que impliquen a los ciudadanos por ley o de manera que afecte sus derechos fundamentales deberían usar siempre software libre y estándares abiertos”. Este partido no quiere limitarse a la utilización del software libre, sino también promover que la industria lo privilegie, y que todo proyecto público que se emprenda lleve su impronta. ¿Quieres software libre? Pues toma tres tazas.
Espero que esta aportación os sirva para haceros una idea de cómo anda la política y el software libre en España. Es probable que, dada la gran cantidad de partidos políticos más minoritarios, falten en esta lista otros que también quieran promoverlo, pero he preferido centrarme en los más representativos. Ahora bien, si consideráis que estas propuestas son algo importante para decidir vuestro voto en las próximas citas electorales, os sugiero que no tengáis en cuenta eso sólo: fijaos también en cuáles son los partidos bien conocidos que están ausentes en esta lista. Codazo, codazo; guiño, guiño, que dirían los Monty Phyton.