Por: Gabriel Rodríguez
Zacatecas.- “La gente ignora muchas veces los tipos de tecnología que usa en la vida cotidiana mediante códigos abiertos”, afirmó Aarón Luna Benítez, de la empresa OpenSuse de México, durante el Congreso Internacional de Software Libre (Cisol), que concluyó este viernes en la Ciudadela del Arte.
Con el título El uso de software libre en la vida cotidiana, la charla del especialista giró en torno de la movilidad y la expresión de esos códigos abiertos que “lo mejor que pueden hacer los usuarios es identificarlos para saber qué son y de qué se trata el software libre”.
El directivo de OpenSuse aseveró que en México todos podemos tener un perfil de Facebook, Twitter, de otras redes sociales e, incluso, de Google, firmas que hacen uso del software libre.
Sin embargo, la gente no sabe que todas esas herramientas son software libre, “de ahí que se trata de hacer conciencia sobre las razones por las cuales utilizamos esa tecnología, la que podemos mejorar”.
Por ello, dijo que los usuarios deben entender que esos recursos también pueden ser sometidos a distintas tendencias con el fin de realizar mejoras tecnológicas en sus procedimientos.
Al momento, nueve de las 10 supercomputadoras a nivel mundial utilizan el software libre conocido como Linux, por lo que Windows se halla en este momento apenas en de 0.6 a 0.8 por ciento, promedio que es prácticamente irrisorio.
“Tal es la parte interesante y por la cual la gente no conoce ese software libre, porque las computadoras que adquiere traen un sistema operativo predeterminado, para el caso de Windows, que es la tendencia que obliga el comercio a utilizar”.
Y la gente añade que el sistema operativo de Microsoft fue lo primero que encontró cuando compró el aparato y ya estaba ahí, lo que genera una dependencia.
Pero cuando algunos grupos comienzan a incursionar en otros tipos de tecnología en sistemas operativos, como en el caso de Linux, es cuando comienza a haber un cambio de conciencia en la gente, porque este sistema operativo puede ser revisado desde su código fuente o prediseñado a las necesidades de los usuarios, lo que no se puede hacer con Windows, porque implica la posible comisión de un delito de carácter legal por violar los derechos de autor.
“El problema es que desde un punto de vista educativo y para saber qué estamos haciendo y cómo estamos trabajando, se requiere saber el funcionamiento del software libre desde la raíz”, concluyó Aarón Luna.