Por: Yahily Hernández Porto
Un joven informático camagüeyano, merecedor de un reconocimiento internacional por una propuesta que facilita el desarrollo del software libre, destaca la preparación y visión de Cuba en este ámbito
Camagüey.— Juan Carlos Mejías Rodríguez es un camagüeyano de 23 años, amante de los números, la programación y la computación desde que era un niño.
Esa pasión desmedida por mundos afines a la matemática le permitieron estudiar lo que tanto le gustaba desde pequeño: Ingeniaría Informática, en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz (UCIAL) —primera fundada por la Revolución.
Juanca, como lo llaman sus amigos y familiares, ha sido reconocido por la Universidad de Granada, en España, gracias a un proyecto de software Libre, como parte de un concurso en esta modalidad que convoca desde 2007 la referida casa de altos estudios española.
«Me siento bien, no solo porque obtuve el segundo premio compartido con la Universidad de La Habana, sino porque pude formar parte de una experiencia especial.
«Cuba, siendo una islita en desventaja con respecto a países más desarrollados, participó con 17 equipos de cinco universidades. Cada uno estaba integrado hasta por tres estudiantes. Esto dice mucho de la preparación y visión de Cuba, de sus esfuerzos para desarrollar la informática, a pesar de la reducida infraestructura tecnológica con la que cuenta para este propósito».
—Mientras que los equipos eran de hasta de tres jóvenes, tú siempre competiste en solitario. ¿Cómo te las arreglaste para imponerte?
—Todavía estoy medio sorprendido. Nunca sospeché que solito alcanzara ni tan siquiera una mención. Lo hice más por vocación, por participar y poner a prueba mis conocimientos.
«Aunque parezca que lo he hecho solo, siempre tuve el apoyo de mis profes, de mis compañeros, y hasta de mi familia, que siempre ha estado a mi lado. Papi y mami, aunque de informática y programación saben muy poco, son los mejores para dar el ejemplo de personas que se arriesgan cuando quieren alcanzar algo».
—¿Como llegas al concurso internacional de Software Libre convocado por España?
— De casualidad. Un buen día, mientras revisaba la red de redes y los sitios afines a nuestro perfil, leí la convocatoria que lanzó la Universidad de Granada, en España, y que estaba visible en el sitio de la Universidad de Ciencias Informáticas. Aquello me llamó la atención, pues me inquieta todo lo que tenga que ver con esta temática.
—¿Qué relevancia tiene esta línea de trabajo?
—El software libre es un vehículo para transmitir el conocimiento, proveer el código fuente y hacerlo accesible a los usuarios interesados. Esto me atrae.
«No me conformo con ser un programador, me preocupa cómo llega cada programa a los usuarios. Eso me hace investigar más, para hacer accesible cada recurso y tecnología a los clientes»
—¿En qué consistió tu propuesta?
—Mi proyecto es una herramienta que permite agilizar servicios como los del chat. Se trata de un instrumento dirigido a la educación, la ciencia y la socialización del conocimiento. Proporciona facilidades para el desarrollo del software libre, contribuye a la satisfacción y ayuda ayuda del usuario, de modo que logre sentirse cómodo con su tecnología, y con los procesos que través de ella puede establecer.
«El país aboga por la aplicación de software libre y este es mi granito de arena en esa dirección. Me probé a mí mismo que puedo hacer cosas de impacto. Ahora mi objetivo es continuar haciéndolas.
—Mucho se habla de los informáticos: que son personas cerradas y que se les va la vida frente a una máquina. ¿Es cierto eso?
—Somos iguales a todos aquellos que aman una profesión. El médico vive en un hospital, los periodistas buscando información, y nosotros andamos centrados en lo nuestro. Pero sí te aseguro es que hay tiempo para todo, porque amo a mi familia, a mi novia; me encanta el rock, el deporte, y, por supuesto, la computadora.