Por: María Alejandra Medina C.
Las cifras en Colombia dan cuenta de una leve disminución en el uso del software sin licencia en los últimos tres años. Un estudio afirma que hay una “fuerte” relación entre la piratería y la presencia de malware.
En Colombia, de 100 computadores, 29 tienen algún tipo de código malicioso o malware, que ponen en riesgo los equipos y la información que contienen. Así lo dice el informe sobre inteligencia de la seguridad de Microsoft, que analiza 600 millones de computadores al mes en el mundo.
Hasta ahora, la relación entre el software ilegal o sin licencia y la existencia de códigos maliciosos era para la industria una realidad evidente, pero sin sustento estadístico. No era descabellado pensar que hacerse a un programa ilegal implica no contar con ningún tipo de garantías y, por lo tanto, ser más vulnerable. La encuesta global sobre software, realizada por la International Data Corporation (IDC), reveló que la principal razón que dio la gente para no adquirir software sin licencia es justamente para evitarse problemas de ciberseguridad.
La BSA Software Alliance, que representa al 80% de la industria del software y que enfoca su labor a defender la propiedad intelectual y a promover legislación en ese sentido alrededor del mundo, realizó, por medio de IDC, un estudio que según ellos responde a la necesidad de que hasta ahora no haya sustento para la sospecha de tantos analistas, “ningún análisis estadístico exhaustivo de la conexión que existe” entre malware y software sin licencia.
Rodger Correa, director de marketing para América Latina de BSA, explica que “software sin licencia” incluye software ilegal, por ejemplo una descarga de un sitio que no es distribuidor legítimo, y también lo que se obtiene de sitios donde la gente está intercambiando archivos, o lo que se conoce como “peer to peer”. Para Colombia, la cifra que contempla la BSA, y que confirma la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT), es que el 52% del software es ilegal.
El informe de BSA analizó índices de uso de software pirata y de amenazas a la ciberseguridad en 81 países, y los que encabezan la lista de uso de software ilegal son Moldova y Georgia, con 90%. Los sigue Venezuela, con 88%. Las tasas de detección de malware respectivas son de 30, 41 y 32%. Los que mejor salen librados en el escalafón son Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda, con tasas de piratería de 18, 19 y 20, y tasas de malware de 13, 7 y 12%. En definitiva, la estadística da cuenta de una correlación entre el software pirata y códigos maliciosos de 0,79 (mientras más cerca está de 1, la correlación es más fuerte).
“Lo que normalmente escuchamos es el precio”, dice Correa al referirse a las razones por las que las personas adquieren software ilegal. Por un lado, BSA cree que la gente no valora el esfuerzo intelectual y de desarrollo tecnológico que hay detrás de un programa informático. Además, que “una de las razones por las que las compañías tienen que cobrar alto por un software es porque mucha gente se lo roba, entonces se tiene que invertir más en la protección de ese software, en mejores códigos”.
Y aunque la BSA vela por la promoción de la propiedad intelectual, que es a grandes rasgos el concepto sobre el que reside la crítica de los abanderados del software libre, Correa afirma: “Defendemos el software libre”, y que hay software de este tipo que, aunque gratis, requiere licencia. Por eso, la investigación no contempla el software libre.
En Colombia, la buena noticia es que el índice de software pirata va decreciendo. Según la CCIT, ha disminuido, desde 56%, cuatro puntos porcentuales en los últimos tres años. El promedio mundial es 43%. “Pero si cada tres años vamos a bajar de tres a cuatro puntos, nos vamos a demorar 20 años para acabar este problema y eso no es aceptable”, dice Samuel Yohai, presidente ejecutivo de la CCIT. En Latinoamérica la caída también es evidente: de 65% en 2007 a 59% hoy.
La mala noticia es que los cibercrímenes van en aumento. Según una investigación de Fedesarrollo y el CCIT, en Colombia los ataques incrementaron 43% —frente a un aumento mundial de 62%— entre 2012 y 2013 y se registraron pérdidas por US$500 millones. La razón, de acuerdo con Yohai, es que “el uso de software ilegal incrementa el riesgo de ser víctima de ciberdelitos, pero no es de lo único de lo que depende que alguien sea víctima”.
Las conductas de los usuarios es un factor de gran incidencia. “Hay mucha gente que tiene muy malos hábitos de seguridad, hay quienes todavía utilizan de clave ‘12345’”, explicó Leonardo Saavedra, subgerente de Colombia Hosting, en una entrevista con El Espectador en diciembre pasado.
El estudio de BSA concluye que “no todas las amenazas a la seguridad provienen del malware, y no todo el malware proviene del software sin licencia. Pero es más que evidente que una parte del malware sí proviene del software sin licencia, y que la mayoría del malware constituye una amenaza para la seguridad informática”.